En la logística, el almacenamiento y la fabricación modernos, montacargas son equipos indispensables para el manejo de materiales. Los hay de varios tipos y tienen sus propias características. Como los dos tipos principales, los montacargas de combustión interna y los montacargas de batería tienen ventajas y escenarios de aplicación únicos. A continuación se explorarán las diferencias entre los montacargas de combustión interna y los montacargas de batería en términos de fuente de energía, características de rendimiento, protección ambiental y costos de mantenimiento.
La potencia de las carretillas elevadoras de combustión interna proviene de motores de combustión interna, utilizando habitualmente combustibles fósiles como gasolina, diésel, gas licuado de petróleo (GLP) o gas natural como energía. Este modo de potencia brinda a los montacargas de combustión interna una gran potencia de salida y capacidades de operación continua prolongada, especialmente adecuado para uso en almacenes grandes o al aire libre y otros entornos que requieren cargas elevadas y largas horas de trabajo. Los montacargas de batería funcionan completamente con paquetes de baterías, que generalmente utilizan baterías de plomo-ácido o baterías de litio más avanzadas. Las carretillas elevadoras a batería se ven favorecidas hoy en día por sus características de cero emisiones y bajo nivel de ruido a medida que aumenta la conciencia medioambiental. Son más adecuados para ambientes interiores como almacenes, supermercados, hospitales y otros lugares con altos requisitos de calidad del aire.
Las carretillas elevadoras de combustión interna son conocidas por su gran capacidad de carga y buena capacidad de ascenso. Pueden operar de manera estable en condiciones de trabajo duras y son la primera opción para el manejo de materiales pesados. Sin embargo, su consumo de combustible y costes de mantenimiento son relativamente elevados, y sus emisiones pueden tener cierto impacto en el medio ambiente. Las carretillas elevadoras a batería son conocidas por su flexibilidad, facilidad de operación y respeto al medio ambiente. Arrancan rápidamente, funcionan silenciosamente, no requieren procedimientos de mantenimiento complejos y no producen gases nocivos durante su uso. Sin embargo, la resistencia del montacargas a batería está limitada por la capacidad de la batería y es necesario cargarla con regularidad. En caso de cargas elevadas o tiempo de funcionamiento continuo prolongado, puede ser necesario reemplazar la batería con frecuencia o esperar a que se cargue.
En términos de costes de mantenimiento, las carretillas elevadoras de batería y las carretillas elevadoras de combustión interna también tienen sus propias ventajas. La inversión inicial de un montacargas a batería puede ser alta, pero debido a su estructura simple, fácil mantenimiento y sin necesidad de reemplazar con frecuencia los filtros de combustible, el aceite del motor y otros componentes, el costo de mantenimiento es relativamente bajo a largo plazo. Aunque la inversión inicial de una carretilla elevadora de combustión interna es relativamente baja, el coste de mantenimiento suele ser elevado debido a su compleja estructura mecánica y al consumo de combustible.